Colômbia
FARC-EP reitera voluntad para dejar las armas y seguir avanzando en diálogos de paz
El portavoz de los movimientos guerrilleros colombianos Calos Antonio Lozada declaró la voluntad del sector de dejar las armas. En el marco de los diálogos de paz con el gobeirno de Juan Manuel Santos el tema de la entrega y destrucción de las armas se hará en tres etapas. El gobeirno colombiano y los guerrilleros vienen dialogando hace tres años en La Habana para alcanzar un acuerdo definitivo.
En medio de expectativas por el futuro de los diálogos de paz, el vocero de las FARC-EP Carlos Antonio Lozada reiteró la determinación de ese movimiento para abandonar las armas, hasta hoy nudo gordiano en tales pláticas.
«Nadie puede creer que luego de consensuado un mecanismo de monitoreo y verificación vamos a jugar con eso, la propuesta nuestra es seria y consistente y no pueden quedar dudas de que vamos a dejar hasta el último fusil», insistió Lozada citado por la revista Semana.
«De acuerdo con dicha proposición -agregó- sería un procedimiento escalonado o por etapas: primero la destrucción del material explosivo, después quedaría guardado y custodiado el armamento de apoyo y uso colectivo como ametralladoras y en un tercer momento ocurriría la dejación paulatina de las armas de defensa individual».
Naciones Unidas liderará la supervisión de esa fase una vez instaurada, con la asistencia de observadores latinoamericanos y caribeños.
No obstante los avances en torno a dicha cuestión, evidentemente faltan precisiones para llegar a un pacto definitivo.
Al referirse a lo que resta de proceso, el portavoz de esa agrupación rebelde adelantó que ya entregaron una suerte de hoja de ruta con los hitos fundamentales a desarrollar en venideros períodos, temas que han quedado pendientes.
Ya está en manos del presidente (Juan Manuel Santos), habría que convertir eso en cronograma, dijo.
Desde 2012 representantes gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), dialogan en Cuba con el objetivo de hallar una salida concertada a la guerra interna, la cual ha ocasionado la muerte a unas 300 mil personas en el transcurso de más de medio siglo.
Ambas partes beligerantes habían apostado al 23 de marzo como fecha límite para terminar las reuniones de manera satisfactoria, sin embargo debido a desacuerdos en temas decisivos optaron por prolongar los ciclos de encuentros en La Habana hasta conseguir lo que cada equipo concibe como un buen tratado.
Según fuentes cercanas a los diálogos, es probable que luego de reanudar las sesiones de trabajo en abril próximo y sin la presión de cumplir con un plazo, las delegaciones puedan resolver los asuntos restantes con escasos contratiempos, indicó el diario El Tiempo de circulación nacional.